O no, vamos, que no sé cuando fue la última vez que escribí de esto, pero lo de OYL queda más impactante. La culpa es del señor Trotty y este post en particular que me ha hecho plantearme que ya no somos tan inocentes e ingenuos como antes
“no creo que argumentos como “me gusta escribir” o “quiero hablar con tíos que lean tebeos” sean razones suficientes para mantener una página en marcha.”
¡Vaya! Justo las razones que he usado durante toda la vida de este blog y que siempre he mantenido como las máximas del mismo y llega este tipo y me las echa por tierra. En fin, tengo que reconocer que después de algunos años esas razones siguen estando vigentes pero que se ven un poco más en la lejanía. Sí, me gusta escribir y sí, quiero hablar con tíos (y tías) que lean tebeos, pero esas ansias de los primeros días se encuentran hoy bastante más calmadas. No sé si hoy tendría ganas para empezar un blog, pero claro ya tengo un blog así que… El tema es que no sé si aguantaría otra vez esos primeros meses donde absolutamente nadie te lee. Los comienzos son muy duros y me parece muy valiente intentarse abrirse hueco en todo este océano de blogs que existe hoy en día, porque con tantos como hay, ¿quién te va a leer? Pues alguien lo hará, pero para ello tiene que pasar un tiempo, da igual que seas un tipo muy interesante y con muchas cosas que decir. Aquí se premia la constancia y la perseverancia, sino las tienes da igual que seas el próximo Cervantes, nadie te va a leer.
Todo es cuestión del momento. Quizá el día que abrí el blog tenía pensamientos más inocentes y optimistas que si lo hiciera hoy, pues viendo como está el panorama quizá tuviera aviesas intenciones, que de aviesas nada, la verdad. Se ha demostrado con el tiempo que los blogs se han convertido en los antiguos fanzines e sirven para lo mismo, darse a conocer y demostrar lo que sabes. A nadie le sorprende ya que fulanito de tal blog está colaborando con tal editorial o que menganito de cual está colaborando con el País muy activamente. Las cosas son como son y al final han caído por su propio peso, si necesito a alguien, antes acudiré a aquél que me ha demostrado que tiene cosas que contar y que lo hace de manera interesante.
Entonces, ¿por eso sigo escribiendo hoy en día? ¿Para colocarme? Bueno, eso no estaría mal, siempre que paguen bien aquí tienen a su vendido de turno, pero la verdad es que hoy en día escribo más por mí mismo que por otra cosa. Podemos decir que el blog se ha convertido en una droga y que necesito todos los días mis dosis. Me cuesta imaginar el no escribir el blog por una temporada y no me siento nada bien ante ese perspectiva. No es que sea esclavo de mi blog (puedo dejarlo cuando quiera… ¡ja!) pero me siento bien haciéndolo y ya se ha convertido en una parte de mi vida. Es como tomarse un café por la mañana o leer el periódico, es lo que haces todos los días sin darte cuenta.
Así que, volviendo a la pregunta, ¿cuál es el motivo de seguir escribiendo un blog de cómics? Pues hablar de tebeos, o darse a conocer a la gente o a las editoriales, o intentar ganarse la vida (blogs grupales, ha llegado la hora de que os profesionalicéis, en serio), o simplemente suplir esa necesidad de comunicarte todos los días con la gente. Sea como sea, cada uno es un mundo y cada cual tiene su razón. La mía, simplemente es seguir adelante hasta que el cuerpo aguante. Todo lo que venga de regalo, bienvenido sea, pero por ahí seguir y seguir. Ya veremos donde está el límite.